El otro día estuve en un funeral y nada más entrar percibí que el «pueblo» no era muy católico:)
Buena fe sí, y buenísima gente, pero con el paso cambiado.
La mitad de la Misa la dialogamos el sacerdote y yo, de tal modo que los que estaban delante mía se volvieron a mirarme. Supongo que querían saber si tenía aspecto humano o extraterrestre.
Llegando al padrenuestro las voces aumentaron considerablemente, y es que una cosa es la liturgia eucarística y otra la oración por excelencia.
Bien, pues en la petición de los fieles estábamos, cuando todo el pueblo se sentó y yo me puse de pie. Una amiga que estaba conmigo me tiraba del pantalón y decía que me sentase…y yo de pie.
– ¿Porque todos lo hagan mal tengo que hacerlo mal yo también?-le pregunté.
Pero es que no me dio tiempo a recuperarme del sofoco cuando todos decidieron ponerse de pie mientras yo permanecía sentada, esta vez con el apoyo de mi amiga, que no pudo contener un ataque de risa. Ni yo tampoco.
Es lo que suele pasar. Primero la risa inoportuna en cualquier funeral y segundo que un numero considerable de creyentes sólo van a misa cuando toca boda o entierro.
Yo creo que Dios nos mira y se echa las manos a la cabeza pensando qué hijos más torpes somos.
Pero también creo que sonríe.
Tinta