Letanías comentadas, una propuesta

Seguimos pensando en lo que decimos a nuestra Madre santa María. Comienza ahora es la serie en que la llamamos con el más tieno apelativo: Madre.

Santa Virgen de las vírgenes: No sé por qué está dedicada al sexo femenino cuando la virginidad -si corresponde- es para todos. Es una cosa poco apreciada en estos tiempos revueltos. Señora, ¡Ruega porque pasen  estos tiempos erotizados!

Madre de Cristo: Madre, en todas las circunstancias. En la calma y la tormenta, en las promesas de gloria y en la ignominia. Que yo aprenda a amar  como tú,  santa María.

Madre de la Iglesia: Con dolor podemos decir que otra vez estás en el Calvario, al lado de tus hijos deshonrados, sin renegar de nosotros en estos duros momentos. Madre, ¡no abandones a los redimidos por la sangre de tu Hijo, el inocente, que sufre en su Iglesia!

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